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¿Después del serum se coloca una crema ?

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Lo recomendable es aplicar primero el sérum y luego la crema. Esto se debe a que el sérum es más ligero y absorbente, y de esta forma se permite que sus ingredientes activos se absorban completamente antes de la aplicación de la crema como capa final.   

  • El serum: Son productos que consiguen resultados intensos en cualquier efecto que necesite nuestra piel como revitalización, despigmentación, firmeza, corrección arrugas. El serum tiene forma más líquida y ligera, de rápida absorción, concentraciones más altas de ingredientes activos y llegan a las capas más profundas de la epidermis. 

  • Las cremas: Tienen ingredientes emolientes y una textura un poco más densa. Su función principal es crear una barrera hidrolípidica en la superficie de la piel para retener el agua y los activos aplicados en su formulación.  

El serum va siempre después de la limpieza y antes de tu crema facial. De esta manera consigues aprovechar todo el potencial de su alta concentración de activos y unos mejores resultados. Su textura fluida se absorbe con facilidad y penetra más para actuar en capas más profundas de la piel. 

 

Función de la crema en la piel  

Las cremas hidratan, protegen, y nutren la piel, ayudando a mantener su barrera natural. Estas funciones varían según el tipo de piel y las necesidades individuales:

  • Hidratación: Aportan agua y lípidos para prevenir la sequedad y mejorar la elasticidad, especialmente importante en climas secos o fríos.
  • Protección: Actúan como una barrera contra agresores externos, como contaminantes y alérgenos.
  • Reparación: Algunas cremas contienen ingredientes activos que ayudan a reparar la barrera cutánea dañada, promoviendo la regeneración celular.
  • Calmante: Pueden contener sustancias como aloe vera, alantoína o avena coloidal que alivian la irritación o el enrojecimiento. 

 

Tipos de piel y cómo interactúan con las cremas: 

  • Piel normal: Puede tolerar una amplia variedad de cremas. Requiere hidratantes ligeros con ingredientes equilibrados para mantener su estado.
  • Piel seca: Necesita cremas más densas y emolientes (con aceites y ceramidas) que restauren la barrera lipídica y prevengan la pérdida de agua.
  • Piel grasa: Se beneficia de fórmulas no comedogénicas y ligeras, como geles o cremas no comedogénicas o a base de agua, que hidraten sin obstruir los poros.
  • Piel mixta: Combina diferentes texturas ligeras en las zonas grasas y más ricas en las zonas secas.

 

 Piel sensible o con condiciones específicas: 

  • Características: La piel sensible tiende a reaccionar exageradamente a productos y factores externos, mientras que afecciones como dermatitis (atópica, seborreica, de contacto) implican inflamación, picor y una barrera cutánea comprometida.
  • Restauración de la barrera: Las cremas deben incluir ceramidas, ácido hialurónico y glicerina para reparar la barrera y retener la humedad.
  • Ingredientes calmantes: La avena coloidal, niacinamida o aloe vera ayudan a reducir el enrojecimiento y el picor. 

En caso de dermatitis: 

  • Usar cremas con propiedades emolientes intensivas y, si es necesario, corticosteroides tópicos bajo supervisión médica.
  • En dermatitis atópica, las cremas medicadas pueden ser recomendadas por el dermatólogo. 

 Una crema adecuada puede marcar una gran diferencia en la salud y confort de la piel, especialmente en casos de sensibilidad o condiciones como dermatitis. 

  

¿Qué pasa si no usamos la crema, que sucedería con nuestra piel? 

Las cremas para la piel son nuestro mejor aliado, brindan hidratación y protección, lo que nos ayuda a evitar enfermedades provocadas agentes externos. Descuidar el cuidado de nuestra piel puede tener consecuencias, pues, si no se mantiene hidratada, se pierde elasticidad y los folículos pilosos pueden taparse, lo que hace que se vea apagada, sin brillo, seca, acelerando la aparición de líneas de expresión.

Cuando no se cuida adecuadamente la piel pueden ocurrir varios procesos que la afectan. La piel como la primera barrera de defensa del cuerpo, está constantemente expuesta a microorganismos, contaminantes y lesiones, por ejemplo: 

  1. Ingreso de bacterias, hongos y otros microorganismos 
  • La piel actúa como una barrera, además que presenta un pH bajo para impedir el crecimiento de microorganismos dañinos.
  • Al no limpiarse adecuadamente la piel se puede dañar la barrera por heridas, sequedad, entre otras, llegando a entrar bacterias como Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes, lo puede llevar a infecciones como:
  • Infección superficial, especialmente en niños e infección más profunda en los tejidos subcutáneos 

      2. Inflamación y activación del sistema inmune 

  • Cuando las bacterias ingresan, el cuerpo activa su sistema inmune, lo que genera inflamación para combatir el problema. Esto puede manifestarse con enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor en el área afectada. 
  1. Resequedad y daño estructural de la piel 

  • La falta de hidratación puede descomponer la barrera lipídica de la piel, haciendo que se vuelva seca y propensa a grietas. 
  • Las condiciones como la dermatitis atópica o eccema pueden empeorar en estos casos. 

     4. Acumulación de suciedad y exceso de sebo 

  • Si no se realiza una limpieza adecuada, el sebo puede acumularse junto con células muertas y suciedad, obstruyendo los poros, provocando acné.
  • La presencia de Cutibacterium acnes que es una bacteria que vive naturalmente en la piel, puede causar la inflamación en los poros obstruidos. 

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